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martes, 22 de marzo de 2016

Puedes decir "no" y vivir en el intento.

Puedes decir “no” y vivir en el intento

Decir “no” debería ser sencillo, ¿verdad?. Es una simple palabra monosilábica como puedes apreciar. Sin embargo, saber, poder, o ser capaz, de decir “no” a una persona, situación, propuesta, etc, se convierte en algo complicado. Incluso, limitante. Y el hecho de que nos sea tan complicado decir “no” nos lleva a vivir esclavizados y esclavizadas por las decisiones que tomamos. Cuando te ves o te sientes incapaz de pronunciar esa palabra, te precipitas al “sí”. Tomando, de esta forma, una decisión contraria a tu deseo, necesidad o verdadera intención. ¿Pero a qué estás diciendo “sí”?. Pues en la capa más superficial, lo que se ve, estás aceptando situaciones, acciones, propuestas, etc, que no te apetecen, que te desagradan, que te son penosas, que son contrarias a ti mismo o misma. Sin embargo, lo que subyace bajo esa capa es a lo que realmente estás diciendo “sí”. Dices “sí” a: no me doy a valer, no me respeto, no sé qué es bueno para mí, no me quiero, estoy por debajo, me someto. Estas, y otras frases, son  pronunciadas por las personas que se trabajan, o nos hemos trabajado el saber decir “no”.

Te contaré, si te interesa, mi caso particular con este trabajo de pronunciar esa, aparentemente impronunciable, palabra monosilábica. Trabajando este tema, mi coach me planteó un reto. El reto: decir “no” en la primera ocasión en que se me realizara una propuesta, petición, mandato, al que no quisiera acceder. La oportunidad no se hizo de esperar. Me llegó pocos días después con motivo del nacimiento de mi querido hijo Iker. Un niño rubio precioso y único.

Te pongo en situación, y de esta forma la podrás ver con claridad, incluso, quizá, puedas conectar con algunas sensaciones o sonidos. Son las cinco de la mañana y dormía placenteramente. Una voz dulce y algo impaciente, a la vez que emocionada, acompaña a una mano que me acaricia la cara diciéndome “Nene. Despierta. Que nos vamos”. Al mirar su cara lo entendí todo. Pues allá que nos vamos. Bonito, entrañable, sí. Tan solo un detalle importante en el relato. Al cerrar la puerta, sabiendo que cuando la abriera seríamos uno más, me di cuenta de que no había nada preparado. Ni la cuna.

Pues llegó el día de salir del hospital. Quizá sepas, o te podrás imaginar, como salen unos padres primerizos del hospital. Quizá no todos, nosotros al menos salimos de allí ilusionados, felices y……asustados-desconcertados. Sí, asustados-desconcertados. Y lo propongo como nuevo término. Sobre todo si en tu casa te espera maniobras de ingeniería para montar cuna y otros utensilios. Creo que ya te has podido imaginar la situación.


En este contexto recibo una llamada. La llamada llega justo cuando estoy poniendo la silla del coche, y me dispongo que bajar de la habitación todos esos regalos que tan generosamente enormes son. Visualiza, imagina, siente como puede ser esa situación. La llamada era de mi jefe. Quería que fuese ese día a dejarle mi teléfono y Tablet de empresa. Cuando surgió ese planteamiento supe que era el monto del reto. Si me quería respetar a mí mismo, darme a valer, y sentirme bien conmigo mismo, debía decir “no”. Pues es lo que me apetecía, lo que entendía mejor para mí y mi familia. El tiempo se paró por un instante, y una frase apareció en mi mente: “ha llegado, es ahora o nunca”. Ten en cuenta que si alguien realiza este ejercicio es que realmente le cuesta muchísimo esfuerzo decir “no”. Hay a quien le trae serios problemas de salud.

Siendo asertivo y comprensivo con su posición, le dije que no podía hacerlo, y que no lo iba a hacer, pues salíamos del hospital y posteriormente necesitaba preparar la casa. Él mismo se sorprendió de mi respuesta, pues no estaba acostumbrado a que le dijera que “no”. Finalmente, se acordó una solución buena para ambos. Una compañera se pasó por mi casa para recoger el móvil y la Tablet.
Meses después cesó mi contrato en la empresa, pero no tuvo nada que ver este hecho. Tan solo fue cuestiones de personal y económicas. Por si piensas si hubo alguna represalia. Ninguna.

Al decir “no” me sentí bien conmigo mismo. Sentí como recuperé fuerza, y aumentó mi autoestima. Respeté mi momento, mi tiempo, mi necesidad. Este respeto por mí mismo tuvo una consecuencia inmediata. Una relación de mayor respeto entre mi jefe y yo. Y es que esto es lo mejor que puedes conseguir. Que al cambiar tú, al respetarte, quererte, valorarte, los de tu alrededor cambien hacia ti, te respeten, te quieran y te valoren.

Si no es tu caso, ¡enhorabuena! y gracias por leerme. Si es tu caso, gracias igualmente, y te propongo ese mismo reto. Es un reto habitual en mis sesiones de coaching, y con muy buen resultado.

Te reto, si quieres y te apetece, a que digas “no” en la primera ocasión que tengas tras leer estas líneas que te escribo. Tras esta, no te pares. Conviértelo en un entrenamiento. De hecho, si quieres, puedes empezar por situaciones de una baja carga emocional para ir subiendo en la importancia de la decisión. Y si te apetece, a modo de diario, podrías escribir posteriormente cómo te has sentido al decir "no". Qué sensaciones corporales había, emociones, reacciones ajenas, etc. De esta formas podrás hacer un seguimiento propio de tu evolución.


Respetarte, valorarte, quererte, depende de ti. En la medida que tú lo hagas contigo mism@ así lo harán los que te rodean.


Muchas gracias por pasar a compartir este momento. 

lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Qué llevas en tu mochila?

Tu Mochila

Culpa, miedos, expectativas, deseos, anhelos, heridas, experiencias, decepciones, etc. Y tu mochila poco a poco va aumentando de peso. Es tan sutil, la forma en que se llena tu mochila, que llega un momento en el que es algo realmente pesado, y te limita en tu vida diaria. Te lastra. Te ancla.

Tu mochila, cual bolso de Mary Poppins, es un espacio donde todo cabe y con todo cargas. Con todo lo que cargas tiene un peso, una forma, un color, una textura, puede que un sonido (o una voz). De hecho, lo podrías tocar, ver o escuchar. Haz la prueba. Cierra los ojos e imagínatelo, como si fuese real. Para tu cerebro lo es. 

Al ser tan real esto provoca que aumente tu cansancio ante todo tipo de situaciones. Que sientas que es difícil afrontar un nuevo reto. Que veas complicado solucionar un problema. O que te digas que ya no puedes más.

¿Con cuántas expectativas cargas?¿Cómo son de grandes?. "Tengo que ganar", "quiero ese ascenso", "voy a conseguir esa relación", "tendré mucho éxito", "ser padre/madre será lo mejor del mundo"...... Las "expectativas" pesan. Sí, pesan. Tienden a convertirse en obligación, ya que fijamos la felicidad anhelada en la consecución de esa meta. Ante esto nos podemos encontrar con dos opciones. Una sería que surjan inconvenientes que impidan su consecución, y como la expectativa es tan pesada provoque que no tengas fuerzas para insistir. Por otra parte puede pasar que te acerques a ella, pero es tan pesada y te ha supuesto tanto sacrificio (te olvidaste de disfrutar) que surja el miedo, o la desidia, a conseguirlo. Otra cosa con la que cargar.

Los miedos pesan, y bloquean. Las experiencias pueden suponer un lastre que te impida abrirte a nuevas experiencias y oportunidades. Cargar con demasiados deseos te fija a la idea de que no tienes. Cargar con las heridas te puede hacer que no dejes de defenderte, sin ser libre de vivir tu vida.

¿Cuánto tiempo cargarás con ella?

Como te suelo decir, es tu decisión. Es tu responsabilidad.

¿Como lo vas hacer?

Como coach creo que todos tenemos en nuestro interior los recursos necesarios para todas aquellas acciones que decidamos llevar  a cabo. Igualmente, en ocasiones puedes necesitar un apoyo, una ayuda externa, esa linterna que te ilumine el camino. Pues sí, cierto. Por esto te propongo este ejercicio que he realizado con algunos clientes.

"Coge tu mochila"

Es un ejercicio sencillo. Lo puedes hacer por ti mismo/a o con alguien que te guíe y te proponga preguntas.

Te propongo que cojas una mochila o bolso, y distintos objetos. Te recomiendo que sean objetos muy variados en forma y tamaños. Si tienes niños podrías utilizar sus piezas de colores, o bloques de construcción. 

Ponte delante la mochila. Visualízala como si pudieras ver todo con lo que cargas. Siente su peso, y su volumen. Podrías escuchar quizá algún sonido, o el pesado silencio. A continuación, comienza a introducir en su interior objetos. Dale nombre a cada objeto o pieza. Es decir, por ejemplo: miedo al fracaso, ganar, "X" me hizo daño, etc. Puedes incorporar tantos como quieras. Incluso puedes relacionar el tamaño, la forma o el color del objeto con lo que va a representar.

Después cierra la mochila, y cuelgatela. Déjate sentir el peso, como si todo lo que has incorporado en la mochila lo llevaras realmente. Observa, siente, escucha.

Tras el anterior paso, coloca la mochila en una mesa, y decide qué vas a sacar. Ten en cuenta que aquello que saques de la mochila será por que estás dispuesto/a a deshacerte de ello, y por lo tanto tomar la acción que sea necesaria para conseguirlo. Por lo que aquello para lo que no estés preparado/a lo puedes seguir manteniendo dentro esperando el momento idóneo. 

Saca uno a uno esos objetos que representan esos lastres con los que cargas, y para lo que te dispones a actuar, tomar decisiones, etc. Puede ser uno, o veinte. Como desees.

Con este ejercicio, los clientes que lo realizaron durante su proceso de coaching consiguieron liberar peso de su mochila. Lo que les proporcionó nuevas y mayores energías para continuar con otros objetivos. ¿Por qué no lo intentas tú?


Gracias por visitarme, y te dejo esta particular visión de la mochila.



viernes, 30 de octubre de 2015

¿Éxito? El Dorado

El Dorado


Éxito deportivo, económico, social, profesional, etc, y el ansiado reconocimiento. Este es el dorado de nuestra sociedad. Igual que en la leyenda, nos llegan historias de éxito, películas, documentales, noticias, una innumerable cantidad de libros, y una cantidad más innumerable de frases sobre el éxito. Y nos lanzamos cual conquistadores en su búsqueda.


¿Cómo lo conquisto?

Pues no lo sé. Lo siento, no podré darte la fórmula mágica que te haga tener ese éxito que quieres. Y es la clave, ¿qué éxito quieres?¿qué quieres conseguir?¿qué es para ti el éxito?. Como coach, trabajo con mi cliente la definición de ese éxito. Pues lo importante es saber a donde se va, para poder diseñar un plan de acción.

Durante las sesiones de coaching son muchos los clientes que llegan a un punto en el que se frenan y les cuesta avanzar. Esto es debido a sentimientos de frustración, de impotencia, o de no saber como conseguir el objetivo. De repente ese "éxito", ese "dorado", que tanto te dice la sociedad que hay que conseguir, se percibe difícil de alcanzar. ¿Cómo alcanzar algo que es tan "grande"?. Y es aquí por lo que he llamado al "éxito" "El Dorado". Por que se ha idealizado, deformándose en algo propio de iluminados, personas con dones, y de unos pocos. Podemos estar de acuerdo que para conseguir determinado éxito hay que tener determinadas cualidades, o adquirirlas. Es por esto que es importante definir qué éxito se quiere conseguir, cuales son los recursos propios, y cuáles se necesitan desarrollar.

Esta idealización del "éxito" provoca en la persona, en ocasiones, el deseo de abandonar, pues su referente son unos tales Bill Gates, Steve Jobs, Cristiano Ronaldo o Messi. Claro, ante esos referentes, y la idolatría de esas figuras en la que vivimos, la autoconfianza de la persona se puede ver afectada. Dudando de sus propias posibilidades de alcanzar lo que desea.

Ante esta situación es necesario trabajar en la autoconfianza de la persona. Esto se realiza mediante preguntas que le hagan tomar conciencia, y una serie de ejercicios. Uno de estos ejercicios, simple, y que te propongo que hagas, es enumerar situaciones propias de éxito del día a día. Es decir, esos éxitos a los que no les prestamos atención, ni valoramos, ya que forman parte de nuestra existencia en la vida, y supervivencia . Ya sean pasadas, y que se estén llevando a cabo en el momento actual. Y describir qué recursos, actitudes, cualidades, te ayudaron, o te ayudan, a conseguir esos logros.

Cuando crees que el éxito está lejos, es difícil de alcanzar, es propio de unos poco, es conveniente que recuerdes éxitos tales como: superar la crisis sin perder el trabajo, encontrar un buen trabajo en plena crisis, superar una grave enfermedad, resolver algún importante tema familiar, haber sabido dar respuesta a las necesidades de tus hijos, haber realizado esa conferencia que te aterraba, haber estudiado mientras trabajabas, etc, etc, etc. Como especie, tu éxito ya está presente al estar vivo, pues sobrevivir es el primer propósito de vida.

Así que enumera todos esos logros, esos éxitos. Siéntete orgulloso/a de ellos, y describe qué cualidades o recursos te han ayudado a conseguirlos. Después de esto ya no podrás decir que no conoces el éxito. Ya no tendrás que buscar el dorado, tan solo ir a por otro éxito más en tu vida.

Y por cierto, ¿qué mejor reconocimiento que el que tú te des?.

Esta reflexión la hago porque hoy mismo he tenido que aplicármelo a mí mismo. No se si conseguiré ese "Dorado", pero en mi vida he logrado innumerables pepitas de oro. Sigamos  viviendo.

Como siempre, gracias por visitarme y compartir tu tiempo. Y te dejo esta canción de Revolver. "El Dorado"





martes, 13 de octubre de 2015

Mi "efecto Pigmalión"

Mi “efecto Pigmalión”



Seguro que a estas alturas donde internet se ha convertido en un océano de frases motivadoras y blogs de desarrollo personal, ya sabes lo que es el efecto Pigmalión, o teoría de la profecía autorrealizada (estudiada por Rosenthal y Jacobson). Si no conoces en qué consiste el efecto Pigmalión, y su estudio en las aulas, te invito a que visites esta entrada “Efecto Pigmalión” (http://www.coanco.es/creer-para-ver-el-efecto-pigmalion/). En resumen, explica cómo la creencia que tiene una persona puede influir en el rendimiento de otra persona.



Te voy a contar mi particular efecto Pigmalión, mi profecía autocumplida. Si te interesa, claro.

Tengo 37 años, he estudiado una carrera universitaria, he estudiado masters, varias formaciones profesionales como experto, he estudiado idiomas, etc. Y he desarrollado, y desarrollo, una vida normal como cualquier otra persona. Sin embargo, desde muy pequeño destacaba negativamente en mi aprendizaje.

Hasta hace unos meses evitaba leer en voz alta, ya que parecía tartamudo (leía sílaba a sílaba) y me confundía de líneas (Con PNL esto lo he solucionado). Leyendo en silencio soy algo lento. Por muchos libros de ortografía, y reglas nemotécnicas, sigo teniendo faltas de ortografía. Desde siempre me ha costado identificar la izquierda y la derecha, hasta parecer que no sabía cuál es cuál (con lo que conseguir el práctico del carnet de conducir fue toda una aventura mental). Incluso el cálculo se vuelve una actividad complicada, hasta el punto que mejor no reviso el cambio al pagar.

Con este panorama ya te puedes imaginar lo que tuve que escuchar durante mi etapa escolar, y cómo me sentía. Además, eran los 80´s. Época en la que hacía relativamente hacía poco que se había abandonado el lema “la letra con sangre entra”, por lo que a nivel pedagógico había mucho que recorrer aún.

“Torpe, no sabes leer, es que no lees en casa, es que no te enteras, mira a tus compañeros, tienes muy poca madurez en la escritura, con tantas faltas no te puedo aprobar, escribe 100 veces esa palabra (hoy en día sigo escribiéndola mal en ocasiones), hay que ser más rápido escribiendo, a tu edad y no sabes leer, mejor déjalo y que siga otro, y un largo etc”

Las anteriores construcciones verbales son una muestra de las lindezas pronunciadas por docentes tanto en la escuela, como en el instituto.

Cuando durante toda tu vida te han marcado con estas etiquetas, que incluso tus propios compañeros se encargaban de recordártelas, te las crees. No solo te las crees, sino que pasan a formar parte de tu identidad, pues para los demás es lo que te identifica. Por lo que siempre me he sentido torpe, poco hábil, me ocultaba para no leer en público y nunca he querido hacer las cuentas de nada. Y me ha perseguido un sentimiento de vergüenza e inferioridad durante mucho tiempo. Todo esto con el trabajo personal de estos últimos años ha cambiado o ha mejorado.

En este punto ya puedes apreciar cómo actúa el efecto Pigmalión. Si vuelcas tus creencias sobre una persona, esta puede terminar comportándose a razón de esa creencia. Y sobre todo en esas edades tan tempranas.

Sí, has leído bien, he dicho “puede comportarse a razón de esa creencia”. Es la creencia del primero, no tiene que ser cierta. Es su percepción del mundo. En mi caso, esas creencias que volcaban en mí, las que volcaban en un niño, eran sus percepciones. Sus mapas mentales. No era real. Y te diré por qué. Hace unos días descubrí que tengo “Lateralidad Cruzada”.

La lateralidad cruzada básicamente consiste en por ejemplo, como es mi caso, ser diestro de mano y pie, pero predomina ojo y oído izquierdos. Esto suele ser sinónimo de dificultades en el aprendizaje, sobretodo en la lectura y la escritura.

Algunas de las consecuencias de tener lateralidad cruzada son:

· Dificultad en la automatización de la lectura, la escritura o el cálculo.
· Lee muy lento y con pausas. Se pierde a menudo. Falta de ritmo.
· Torpeza psicomotriz. Confusión para situarse a derecha o izquierda a partir del eje medio corporal.
· Desmotivación. Escaso o nulo interés en algunas actividades.
· Baja autoestima

(Si quieres saber más sobre la lateralidad cruzada te aconsejo este enlace http://www.psicodiagnosis.es/areaclinica/trastornosenelambitoescolar/queeslalateralidadcruzada/)
¿Te recuerdan estos puntos en algo a las lindas frases que me decían y cómo me sentía?

Este es mi propio efecto Pigmalión. Como las consecuencias de mi neuro-biología son interpretadas bajo un mapa mental, en lugar de ser investigadas, para después volcar creencias. Y de esta forma condicionar la vida de otra persona.

Sin embargo, no todo va a ser negativo. La profecía autocumplida también se da en positivo.

Me siento afortunado porque siempre he crecido alrededor de personas que me querían muchísimo (no solo padres) y que veían en mí cosas positivas. Y, que llegara a superar todos esos inconvenientes de aprendizaje tan solo se explica porque tenía quien me decía: “ tú puedes, inténtalo, que gran fuerza de voluntad tienes, eres inteligente, eres un luchador, eres un cabezón, no paras hasta que lo consigues, me siento orgullosa de ti, me sorprendes, si lo decides lo haces, …”.

Es por esto que quiero terminar con un mensaje positivo. Ya que tienes que creer algo de alguien, que sea positivo.

Gracias por visitarme y leerme. Espero que estas palabras te puedan servir para algo, a mí ya lo ha hecho.

viernes, 22 de mayo de 2015

¿Para qué coaching o PNL si podemos sentarnos?

La reflexión

Hoy os contaré una experiencia interesante y positiva que tuve con un equipo. Esta experiencia me hizo reflexionar sobre cómo hoy en día se quieren utilizar técnicas o dinámicas, más o menos de moda, más o menos contrastadas, para resolver conflictos, cuando es posible que no sean siempre necesarias.

Situación

¿Sabes lo que es el coaching sombra?. El coaching sombra consiste en ser un observador de la situación del grupo: observando relaciones, posibles conflictos, actitudes, etc. Gracias a esta observación el coach podrá dar feedback de esas, actitudes, relaciones, conflictos, etc.

Durante mi labor de coaching sombra proporcioné al entrenador feedback sobre un posible conflicto oculto en el grupo. Tras este feedback el entrenador se convirtió en un observador más,calibrando la certeza de mi feedback. Esta observación le hizo corroborar la existencia de ese conflicto, y de cómo estaba afectando al equipo.

La decisión

Hubo una reunión con el entrenador para decidir cómo trabajar este conflicto y darle una respuesta que diera como resultado la solución del mismo.

En esta reunión el propio entrenado toma una decisión, y la pone en acción. Esta decisión fue reunir a todo el equipo para que expresaran individualmente, y hacia el grupo, aquello que le está provocando determinada actitud.

Hablando claro, se sentaron para “escupir la mierda”.

Resultado

En la reunión hubo momentos de tensión, y momentos de acercamiento. Además, se les propuso que aquel era el momento y el lugar para hablar de todo lo que les estaba afectando como equipo, y que a partir de aquí solo se podía crecer.

Tras la reunión el equipo estuvo hasta 9 jornadas invicto.

El simple hecho de sentarse a hablar y expresarse provocó la comprensión entre los miembros del equipo, lo que repercutió en sus relaciones y los resultados.

Conclusión

Como coach hago la reflexión de que en primer lugar hay que usar el sentido común, y después hay técnicas fantásticas que pueden ayudar a la persona o el equipo.


Gracias por visitarme y leerme.

martes, 24 de marzo de 2015

"El Collage" y coaching deportivo.

El Collage



Este fue el último trabajo realizado con el equipo Atlético Torcal. Un collage.

¿Y para qué?

El objetivo de este ejercicio fue poder dar una imagen de todo lo que se lleva trabajado durante la temporada. Fijar de forma gráfica, y visual, los avances, los cambios, los sacrificios, los logros y los aprendizajes. De esta forma también se pretende crear un anclaje que sirva como impulsor para conseguir los retos, y objetivos, que el equipo se plantea hasta final de temporada. Y, además de para todo esto, por qué no, para divertirse.

Proceso

Pues el proceso del propio collage no es diferente a como se hace cualquier otro.

Como se puede ver en la foto inicial. Rotuladores, pegamento, recortes de revistas, revistas enteras, fotos del propio equipo, cartulina, tijeras y espíritu creativo y de colaboración, son los materiales necesarios.

Se le pidió al equipo que recordaran emociones de ejercicios pasados, los logros en la resolución de conflictos, que examinen el estado actual del equipo, y que tengan presente los objetivos que desean alcanzar. Así, se le insta al equipo a plasmar todo esto en un collage.


                    

Personalmente, durante el ejercicio no realicé ningún tipo de pregunta, y las dejé que se dejaran sentir. Sin embargo, puede ser una buena opción la de introducir preguntas poderosas durante el proceso para acompañar en la toma de conciencia.


Cierre

Tras la finalización del ejercicio realicé un cierre enfocado en la toma de acciones, y la creación de un anclaje entre el collage y las sensaciones que les genera.

                                         
                                  
Desde el coaching se le realiza al equipo preguntas encaminadas a que fijen objetivos inspirados y asociados con el ejercicio que acaban de realizar. Preguntas del tipo "¿Qué queréis conseguir para lo que queda de temporada? ¿Cuál es vuestro objetivo o tú objetivo?". "La copa del centenario de Andalucía" o "Disfrutar", fueron algunas de las respuestas.

Para terminar, y mediante los fundamentos de la PNL, se les pasea por los tres sistemas representativos (visual, auditivo y Kinestesico) para generar un anclaje. Puede ser algo del tipo: "observad vuestro trabajo, recordad las palabras y los sonidos que han surgido en el trabajo, notad la postura del cuerpo y las sensaciones que lo recorren". Se puede hacer de esta forma más directa, o bien durante la conversación de cierre del ejercicio. De esta forma, se trasforma el collage en un anclaje de las sensaciones y objetivos que se han mostrado durante el desarrollo del ejercicio.

Es así como el equipo con siguió un anclaje material, visual, que les permite generar sensaciones positivas para los objetivos que ellas se propongan.


Yo mismo con las componentes del equipo que pudieron asistir.

Como siempre agradecer al equipo, jugadoras y cuerpo técnico, su implicación y que me dejen formar parte de este proyecto del que recibo más que doy.


Master en PNL

jueves, 19 de febrero de 2015

¿Y yo donde me pongo? Coaching sistémico.

¿Cuál es mi posición en el equipo?

Esta vez, la herramienta que te voy a mostrar, y a contar como la desarrollé, está relacionada con el coaching sistémico.

A la herramienta la llamaré “La Figura”. Realmente no conozco el nombre original, ya que me la explicó un generoso compañero que quiso compartir conmigo algunos conocimientos. Al finalizar del ejercicio entenderás el nombre.

Seguramente conoces, o has escuchado hablar del coaching sistémico, y estarás más o menos de acuerdo. De todas formas, para aquel, que a lo mejor no conoce en qué consiste, le diré resumidamente que está basado en la teoría de que el individuo forma parte de un sistema. De esta forma, el sistema influye en el comportamiento del individuo, y viceversa. Todos nos encontramos inmersos en diferentes sistemas, los cuales pueden ir variando con el paso del tiempo. El primer sistema, y uno de los principales, en el que nos encontramos es la familia. El colegio, el trabajo, etc, son otros sistemas.


La figura, 1ª parte.

Reúno al equipo y les pido que se imaginen que la pista donde se entrenan y compiten, es un tablero y ellas las piezas. Les explico que tienen una posición en el tablero, y que tienen que ocuparla. Que se sitúen donde sientan que deben estar, o que es su sitio actualmente.


Cada una de las jugadoras, y el entrenador, se van disponiendo en la pista y ocupan su espacio, su lugar. Una vez fijadas las posiciones realizo una foto.

Tras la foto, les invito a que realicen un movimiento si lo necesitan. De esta forma se da la oportunidad de que el participante se reubique, ya que la posición del resto del equipo puede estar influyendo en la suya y en sus sensaciones. Esto les puede hacer sentir que necesitan retirarse o acercarse.
Fijadas las posiciones por segunda vez, y de forma definitiva, se realiza la segunda foto.
Una vez hechas las dos fotos se reúne al equipo para que las vean, y tenga la oportunidad de hacer una valoración sobre lo que han sentido y lo que observan.


En estas dinámicas el coach se abstiene de hacer interpretaciones, y valoraciones, ya que debe ser la propia persona la que dé interpretación a los que ha sentido y observado.

La figura, 2ª parte (el monumento)

Finalizadas las valoraciones e interpretaciones, personales y grupales, se les propone que expongan sus objetivos. Estos pueden ser ganar una competición, la unión del equipo, disfrutar en cada partido, competir en todos los partidos, etc.

El coach con entusiasmo, y expresividad, les dice que si consiguen esos objetivos se les hará un monumento, pero que, para realizarlo, se necesita una figura en la que basarse. Es aquí es cuando se les pide que, tras haber realizado el ejercicio anterior y haber intercambiado opiniones, que se posicionen forman la figura que quieren para el monumento, y que representará la consecución de todos esos objetivos.

Igual que en la primera fase se realiza una primera foto, y se les pregunta si desean moverse por última vez.

Realizada la segunda foto, igualmente, se les pide que opinen, valoren o interpreten, esa imagen.
Para finalizar es interesante realizar alguna batería de preguntas para que si alguien tiene el deseo de expresar algo que haya sentido lo exponga.


Preguntas como “¿Qué diferencias apreciáis entre ambas figuras?, ¿qué habéis sentido?. ¿qué opináis de la figura uno, o la dos?, ¿qué necesitáis para cambiar de la primera a la segunda?, etc."

Intención

Este ejercicio aporta sobre todo información para las propias personas, toma de conciencia y posibles acciones a llevar a cabo. Habrá personas que no se sientan cómodas con la posición que ocupan, o que ocupan con respecto al resto del equipo, y esto le de información sobre algunas actitudes propias o ajenas, Lo importante es sacar acciones para mejorar. Además de esto, la propia dinámica del ejercicio provoca una interacción del propio equipo puede ser muy beneficioso.

El ejercicio lo redondeé enviando las fotos para que sigan haciendo, ahora ya, reflexiones a nivel particular.


Felicitar al equipo del Atlético Torcal Futbol Sala por el trabajo que realizan, siempre lleno de pasión, sacrificio e ilusión. Un placer poder formar parte de este grupo humano, y poder aportar mi granito de arena.

Gracias por visitar mi blog, y prestarme tu tiempo.

Juan Manuel Castillo
Master en PNL